sábado, 10 de mayo de 2014

Continúa… la historia de Cañonero en la Triple Corona de 1971

El hijo de Petendre venció con solidez en el Preakness Stakes
Finalizada la edición 97 del Kentucky Derby, las tribunas de Churchill Downs, estaban silenciadas y abatidas por el resultado que acaba de acontecer; le costaba al público asistente al “magno evento” de la hípica norteamericana, asimilarlo, pero lo cierto del caso… es que ya había un resultado y se hacia historia. El domingo 2 de mayo, los titulares de la prensa hablaban de la hazaña y de cómo un purasangre de campaña pistera en Venezuela, donde ni siquiera… era popular… les arrebata el Kentucky Derby. Vale destacar: “Cañonero II, a los 2 años, había corrido en el meeting de verano del hipódromo de “Del Mar” al Sur de California”. 

Justo ese domingo, los aventureros… venezolanos, descansaban y se estaban preparando para ir a Maryland, donde se correría el Preakness Stakes, en el hipódromo de Pimlico, segundo Clásico de la Triple Corona. De pronto Ávila y Arias, ya eran populares… ahora eran: Mr. Gustavo Ávila y Mr. Juan Arias, tanto en los hoteles, restaurantes y, las en las caballerizas del óvalo de Baltimore, sin embargo había cierta resistencia por sus orígenes. El “Negro Arias: “Ya no me ven como maletero y me atienden muy bien…”. 

En Venezuela, en el entorno hípico, tampoco se creían lo sucedido… y en las primeras de cambios, todo el mundo lo tomó a: “mamadera de gallo…” pero una vez confirmada la noticia, hubo júbilo y orgullo por el resultado, así como también por la destacada actuación de quienes representaban al país. Vale destacar: Se creo gran expectativa por ver a Cañonero II, corriendo el Preakness y varios integrantes de la elite del hipismo venezolano, compraron sus pasajes e hicieron las reservaciones para asistir al clásico y apoyar al equipo de Pedro Baptista.

Llegó el 15 de mayo de 1971, había mucho interés por los fanáticos a las carreras, de ver la jornada clásica en el hipódromo de Pimlico, la misma cancha, donde se corrió el duelo entre, War Admiral y Seabiscuit, esté último el ganador. Los reportes de los trabajos, indicaban que Cañonero andaba bien en sus ejercicios, aún así… no era el gran favorito… en la taquilla, aunque en esta oportunidad, era muy jugado por los apostadores. Quienes fueron vencidos en el Kentucky Derby, esperaban la revancha, mientras que la delegación criolla tenía muchas esperanzas en el triunfo del invasor venezolano, “El Gran Cañonero II”.

Otra vez llegó la hora de la verdad, el llamado proveniente del clarín, anunciaba el desfile protocolar de los ejemplares al punto de partida, mientras que Juan Arias, le giraba las últimas instrucciones a su jinete. Esa tarde el noble purasangre venezolano, salió con el número 9 en su gualdrapa y con un Gustavo Ávila muy seguro… sobre los estribos. El público de Pimlico, fue más receptivo y no lo miraban con desplante, sino no con respeto y cautela, aunque muchos asistentes iban a ligar su triunfo… entre ellos los hípicos criollos, quienes aprovecharon el famoso dólar barato para ir a los Estados Unidos. 

Al fin… la partida del Preakness Stakes de 1971, en este viaje Cañonero sale sin novedad y en los primeros 300 mts. se posicionaba en el tercer lugar, a un costado de los punteros, por línea ocho aproximadamente, 100 mts. más adelante el purasangre venezolano, lo que quería era correr y correr… no le quedó otra opción a Gustavo Ávila que, venirse en una cabeza a cabeza con Eastern Fleet, dejando: 23” 2/5, en el 1er cuarto de milla, cubierto ese tramo, ya en la recta del frente sólo se veían a estos 2 ejemplares, cuando llegaron al terreno de los 800, la lucha seguía intensa y dejaron crono de: 47” exactos, no obstante todo parecía indicar que Ávila tenia caballo “pa´ bajo…”.

Al giro de la curva, era evidente que los dos punteros decidirían… Eastern Fleet por dentro y el criollo purasangre por fuera, en una línea 3, dejando: 70” 2/5, para los 1200 mts. a la mitad de la recta, a unos 150 mts. de la llegada, Cañonero quiebra la resistencia de su rival, Eastern Fleet quien lo escolta a casi dos cuerpo, mientras que Ávila venia apilado, arreando, pegando y mandado, camino… a la ¡inmortalidad! Para lograr la segunda Gema de la Triple Corona. 

Se continuaba escribiendo la historia del Campeón Cañonero II, aunque ya no era sorpresa… Los aventureros venezolanos, Ávila, Arias, Baptista y quienes viajaron a los Estados Unidos desde Venezuela, se encaminaban a la “Gloria” para participar y ser testigos en el “Belmont Stakes”, en el ipódromo de Belmont Park, en Nueva York, sólo falta uno para conquistar la Triple Corona. 


Por: José Daniel Gil


@josedaniel11

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